adicciones
El éxito en el tratamiento de las adiciones
Con cierta frecuencia nos hacen preguntas del tipo. ¿Qué porcentaje de éxito tiene vuestro dispositivo de tratamiento de adicciones? O, de los pacientes que tratáis ¿Cuántos “se curan”?
30/09/2021

El éxito en el tratamiento de las adiciones
El éxito en el tratamiento de las adiciones

Por David Cáceres Anillo, director médico de Fundación Hogar Renacer


Con cierta frecuencia nos hacen preguntas del tipo. ¿Qué porcentaje de éxito tiene vuestro dispositivo de tratamiento de adicciones? O, de los pacientes que tratáis ¿Cuántos “se curan”?

Y claro, nos quedamos con la mirada perdida, reflexionando sobre qué nos están preguntando y qué es lo que quieren saber realmente. Y la respuesta no es sencilla.

Porque las preguntas previas a las que debemos dar respuesta para poder contestar son otras: ¿Qué es tener éxito en el tratamiento de las adicciones? ¿Se curan las adicciones?

Para ello debemos tener en cuenta una serie de consideraciones:

- Los trastornos adictivos son enfermedades cerebrales: la afectación del sistema de recompensa desencadena los estados de craving (ansiedad por el consumo) y priming (pérdida de control sobre el consumo) que condicionan la incapacidad para el mantenimiento continuado de la abstinencia. El consumo, frecuente y descontrolado, tiene como consecuencia el desarrollo de los efectos tóxicos de estas sustancias y el deterioro psicológico y personal ocasionado por sus efectos psicoactivos y neurotóxicos.

- Los trastornos adictivos son enfermedades crónicas: una vez que el sistema de recompensa se deteriora, no sabemos recomponerlo para que nuestros pacientes puedan tener contacto con las sustancias sin presentar graves consecuencias a nivel físico, psicológico y social. En este sentido, como ocurre con otras muchas enfermedades, las adicciones son enfermedades que no se curan.

- Las adicciones son enfermedades progresivas: mientras la persona afectada sigue consumiendo, el conjunto de consecuencias derivado de los efectos tóxicos y psicoactivos de estas sustancias se agrava exponencialmente con el paso del tiempo, conduciendo a un deterioro global que acaba destruyendo a la persona y afectando gravemente a su entorno familiar y social. 

- Las adicciones, con alta frecuencia, se presentan en personas que además padecen simultáneamente otros trastornos psiquiátricos de diferente gravedad, que van desde trastornos depresivos o de ansiedad, hasta graves trastornos de la personalidad. Esta situación, denominada patología dual o comorbilidad psiquiátrica, no es excepcional y complica el abordaje y el pronóstico de las personas afectadas.

Por lo tanto, siendo las adicciones enfermedades cerebrales complejas y de profundo calado psicosocial, su pronóstico se verá muy influenciado por la presencia o no de apoyos familiares y de recursos terapéuticos y sociales adecuados que permitan un tratamiento integral desde equipos multidisciplinares que aborden de forma coordinada sus diferentes dimensiones.

Teniendo todo esto en cuenta, hemos aprendido que para que el tratamiento sea eficaz debe ser individualizado, como un traje a medida diseñado para cada paciente en particular según sus características y las de su entorno. Es decir, ni podemos generalizar con el tratamiento ni por lo tanto con sus resultados.

Para un buen número de pacientes, el éxito del tratamiento consistirá en la recuperación integral del estado de salud: “la recuperación del estado de bienestar físico, psicológico y social”. Meta que en el caso de los trastornos adictivos pasa por el mantenimiento continuado de la abstinencia, única situación que permite detener el progresivo deterioro del estado de salud condicionado por el consumo y sobre la cual cimentar el proceso de recuperación progresivo del estado de salud en todas sus dimensiones. No se puede reconstruir un edificio quemado mientras continúa activo el incendio.

Pero no todos los pacientes parten de la misma situación: unos ya acompañan desde el inicio patologías psiquiátricas de mayor o menor gravedad (que agravan el trastorno adictivo y que se agravan progresivamente con él), unos consumen unas sustancias y otros, otras diferentes, solas o en combinación entre ellas o con adicciones comportamentales, unos acuden pronto a iniciar tratamiento mientras otros lo hacen cuando las consecuencias ya son graves a todos los niveles (deterioro físico, psiquiátrico, cognitivo, familiar y/o social) por lo que los criterios de éxito terapéutico deberán adaptarse de forma realista a las posibilidades del paciente en cuestión.

Por eso, hemos puesto en valor conceptos como la adherencia terapéutica y las terapias de reducción del daño que tanto han aportado a nuestros pacientes y sus familiares. Y sin perder de vista el objetivo de la consecución y mantenimiento de la abstinencia, hemos aprendido a considerar como éxito terapéutico muy diferentes resultados:

1. Que los pacientes sigan acudiendo a las consultas de seguimiento médico, psicológico y psiquiátrico, a pesar de las dificultades y la presencia de recaídas. El desarrollo de alianzas terapéuticas duraderas permite que pacientes que inicialmente no quieren o no pueden mantenerse abstinentes puedan avanzar hacia planteamientos de abstinencia y su consecución. Que el paciente evite tener recaídas es éxito terapéutico, pero también lo es que sepa dónde acudir y qué hacer si estas ocurren. Para algunos pacientes que no consiguen la abstinencia continuada, reducir la frecuencia y duración de las recaídas en el consumo supondrá una significativa mejora que no puede de ninguna manera considerarse fracaso terapéutico.  

2. Que pacientes con patología dual tratados simultáneamente de sus trastornos adictivos y psiquiátricos reduzcan significativamente la frecuencia y gravedad de los episodios de agudización psiquiátrica es éxito terapéutico. Y es que el mantenimiento de la abstinencia mejora la eficacia de los tratamientos psiquiátricos aplicados, que se muestran parcialmente eficaces o directamente ineficaces cuando el paciente está consumiendo.

3. Que pacientes con diferente grado de deterioro psicológico, físico y cognitivo, que ya han desarrollado graves carencias personales para la autogestión y el autocuidado se beneficien de programas de seguimiento en recursos de apoyo (centros de día, programas de asistencia supervisada, centros residenciales) que les aporten una salida de la situación de marginalidad y abandono, en un contexto donde empezar a recuperar una vida digna, es éxito terapéutico.

En definitiva, que los pacientes (y también sus familias) comprendan que lo que les está ocurriendo es consecuencia de padecer una terrible enfermedad (conciencia de enfermedad), que descubran que necesitan poner en marcha una serie de grandes cambios para su adecuado abordaje y se pongan a ello (participación y voluntaria) ya es éxito terapéutico.

Y sí, la enfermedad no se cura, pero como ocurre con otras muchas enfermedades crónicas, tiene tratamiento que posibilita alcanzar el estado de salud (recuperación física, psíquica y social) a través del mantenimiento continuado de la abstinencia. Y para aquellos que no lo consiguen a la primera, cada intento, cada periodo de abstinencia, cada día arrancado a la tiranía de la enfermedad, supone un éxito terapéutico que los acerca más al estado de salud (reducción de daños). 

En definitiva, tener éxito en el tratamiento de las adicciones es ayudar a que nuestros pacientes y sus familias cambien su vida a mejor ayudándoles a valorar cada paso, cada logro, sin olvidar en ningún momento que el tratamiento es un proceso de aprendizaje, en muchos casos largo y laborioso, y que puede durar toda una vida. 








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